Este tiempo lo vivo con tanto
dolor e impotencia que a veces me veo aturdida, otras emocionada por tantos
gestos humanos que descubro, que me parece un despertar a un mundo nuevo.
EL
VIVIR LA MISMA SITUACIÓN NOS CAMBIA
Cuando
a las 8 salgo a la ventana a aplaudir veo a los vecinos del bloque de enfrente,
no nos conocíamos porque las prisas de cada uno nos han robado la relación y a
vivir despreocupados por los demás. Experimento cómo la situación nos va
cambiando: nos saludamos y despedimos desde la distancia, un niño de unos 3
años nos enseña los dibujos que hace cada día, que después deja expuestos en la
ventana, nos tira besos, los mayores también. El vivir en la misma situación
nos cambia.
LA
HONDURA HUMANA
Jesús
me pregunta como a Pedro, ME AMAS, por encima de tus preferencias de tus
proyectos, comodidad, bienestar… y siento y me parece que es la pregunta
fundamental que mide la hondura humana. Reconozco mi fragilidad e incoherencias
diciendo como Pedro, te amo. Intento explicitar ese amor en mi comunidad que la
percibo y vivo en estar pendiente de los demás, sosteniendo, ayudando,
animando, dando cariño, descubriendo lo que necesitan los más cercanos,
alegrándome cuando mejoran los enfermos, siendo positiva y agradecida por todo
lo que recibo y tengo.
AMAR COMO YO OS HE AMADO.
Jesús
me está insistiendo hoy más que nunca, a amar como Él amaba, a su manera, como
nos enseñó, cuáles fueron sus prioridades, quiénes fueron sus preferidos. Me
ayuda a no medir y calcular la entrega, a todas con las que convivo y en otros
ámbitos.
Agradezco a Dios por tantas
personas que han sido un Don en mi vida, ayudándome a caminar, las traigo en
este momento a mi memoria y corazón, aquí estáis muy presentes todos los de S.
Bibiana, es mucho lo que estoy recibiendo.
UN ABRAZO
GRANDE OS QUIERO
ALICIA
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