domingo, 10 de mayo de 2020

SEMILLAS DE ESPERANZA


 Una vez tuve un sueño donde llorar estaba permitido. Los niños no podían correr en el parque y la abuela era la reina de corazones, en un jardín de rosas blancas a medio pintar.

 Pero hoy me levanté y era real. Los árboles bailaban solos y los pájaros eran la música de la cuidad. Las calles estaban desiertas y todos en casa, viendo el tiempo florecer.

 Algunos días eran de color rosa, la balanza estaba en equilibrio y casi casi, podías notar cierta armonía en esta nueva rutina. Pero luego llegaban los días grises, en pijama, con la voz casi apagada y libros con las hojas marcadas.

 En días de conflicto, uno no sabía en qué orilla amarrar el barco de alegría y virtud. Paras y piensas si algún día bajará la marea, y si jugaremos en la playa de nuevo, si reiremos en la arena.

 Y fue entre páginas dónde encontré, a una Gloria Fuertes que creía en que “la Patria es un niño que nos mira”. Que nos abraza fuerte con guantes, y nos da besos con mascarillas. Que con sus ojos nos demuestra que aún queda esperanza.

 Miré a mi hermano, y pensé en todos los niños en sus casas. Pensando que son pequeñas ilusiones que nos enseñan el camino hasta Él, nos abren la puerta a un nuevo mundo  de emociones.

 Son pequeños inventores de risas, que ahora mismo es lo que más escasea en casa. Nos vemos por vídeo llamada y se transforman en guerreros que conquistan corazones y mueven emociones en el mundo, nos colman de deseos y de nuevos inventos cada día.

 Dejemos que los niños sean los primeros que nos jueguen entre ellos y nos inviten a llenar el cielo de colores.

Quería decirles a todos esos abuelos que cuidaron y educaron a sus nietos de pequeños, que ellos son la fuerza y la entereza que se ve en la mirada de los niños.

 Que sin ellos, nosotros como niños y como nietos, no seríamos las personas que estáis construyendo.

 Esas personas que estamos deseando abrazaros y compartir nuevos momentos con vosotros.

Gracias,

MARÍA
Dibujo realizado por María.