Desde el momento en que se creó este blog, quería recoger el sentir de todos los que formamos parte de esta parroquia, de esta comunidad; las inquietudes, los pensamientos, las emociones... todo aquello que cada cual estuviera dispuesto a compartir.
Después de muchos días de intervenciones mayoritariamente mías, hemos comenzado a abrir esa ventana y ese altavoz que dé voz a todos. Empezó Chus compartiendo con nosotros algunas de sus emociones y experiencias y, ahora, después de haber pedido a varias personas que compartieran con
nosotros lo que de ellos saliera, este proyecto está tomando forma, está tomando VIDA...
Este blog será nuestra voz, la voz que canta una melodía para compartir con los demás, porque una melodía necesita ser cantada y escuchada. Nosotros somos los cantores y nuestra voz, son nuestros sentimientos, pensamientos, experiencias, historias.... Todos los que leemos este blog estamos invitados a participar, a cantar ese canto para que la vida no calle.
Un canto que sale de cada cantor con sus peculiaridades, sus imperfecciones, su carácter, sus trinos y desafines... pero un canto que necesita salir y ser compartido, porque la vida, la vida misma es todo un canto.
Cuando llegaron al sepulcro
vieron que la piedra que tapaba la entrada de la tumba ya no estaba en su
lugar.
Este domingo de resurrección, más
que nunca, hemos experimentado tantos sepulcros, tanto dolor y tanta muerte…
Sepulcros de las personas que llegaban tan enfermas al hospital
y no se les podía ofrecer una cama para poder atenderles. Sepulcros de tantos
trabajadores sin poder salir de sus domicilios y sin una cuenta corriente para
poder hacer la compra. Sepulcros de tantos ancianos sin poder salir de casa ni
nadie que pudiese atenderles y muriendo en soledad. Sepulcros de tantos
sanitarios sin saber dónde mirar para atender a tantos enfermos. Sepulcros de
familias enfermas y hacinadas porque no tienen posibilidad de estar aislados.
Y dentro de tanto dolor y tanta
muerte, aparecen ángeles que descorren las lápidas para que milagrosamente
muchos resuciten. Y con su luz hacen que perdamos el miedo, médicos,
enfermeras, celadores y limpiadoras. Policías y
comerciantes, vecinos que se ofrecen a atender a quienes tienen al lado.
Amigos que hacen grupos y se animan. Parroquias como la nuestra que, con Paco y
Emiliano, nos sentimos cerca y arropados, que nos animamos y oramos muy juntos cada
día.
Y es que esta Semana Santa hemos
tenido la oportunidad de estar en comunión como nunca. Compartiendo tanto dolor
cuando hemos perdido a uno de los nuestros, como tanta alegría cuando alguien
ha vencido al virus y radiante ha vuelto a casa con los suyos.
Y dentro de tanto dolor y tanta
muerte, apareces tu Jesús Resucitado que fuiste el sanador por excelencia, que
nos enseñaste a mirar y a lavar las heridas, a compadecernos y a llorar ante la
muerte de un amigo. Y con la luz de tu
mirada nos quitas el miedo y nos empujas a seguir luchando, a seguir ayudando,
a seguir llorando y sobre todo a SEGUIR RESUCITANDO.
FELIZ PASCUA
CHUS
Vídeo realizado con mucho cariño para todos vosotros
de parte de Chus y Andrés:
Un día más, acompañamos esta reflexión con la celebración familiar que con tanto cariño prepara Emiliano.
Hoy sábado, silencio. Bueno, la verdad es que ha sido un silencio roto por los pajarillos del patio de la parroquia. ¡Qué GOZADA! verlos saltar de rama en rama, ¡qué GOZADA! verlos perseguirse, juguetear o cortejarse. ¡Qué ESPECTÁCULO!... Gorriones, petirrojos, un par de carbonerillos, mirlos y, uno muy pequeñito que no he sido capaz de identificar, pero que ya se ha hecho huésped del lugar. Ellos, en este momento, en este instante, forman parte de mi "soledad sonora". Muchos poetas, escritores..., a lo largo de la historia, han hablado, cantado y escrito acerca de esta soledad sonora.
Siempre se ha dicho
que hoy, Sábado Santo, es un día para el silencio, el día de la
tensa espera al gran acontecimiento que centra y fundamenta la
experiencia de la fe de los cristianos: LA RESURRECCIÓN.
Pues hoy... Dichosos
pajarillos... que rompéis el silencio con vuestra algarabía. Hoy no
puede haber silencio... Dichosos vosotros los médicos, los/las
enfermeros/as, los que limpiáis, los que conducís ambulancias, los taxistas, los
agricultores, profesores/as, policías, cajeras/os de supermercado y
tiendas de barrio, reponedores, etc, etc..., la larga lista de dichosos
que habitualmente no son tenidos en cuenta y que son la verdadera
salsa que hace que la vida verdadera, la vida real... "suene" con una
melodía deliciosa.
Dichosos TODOS,
porque vuestra cercanía y cariño por todos sigue alentando la vida.
Porque SOIS el rostro de DIOS,
la voz de DIOS... EL SONIDO DE DIOS.
Hoy, día gris y lluvioso, 10 de Abril de 2020, es Viernes Santo.
Y
solo podemos estar junto al crucificado, junto a los crucificados,
porque hoy junto a Jesús, todos comparten dolor, suplicio,
desconcierto, miedo y muerte.
Este año para nosotros, en una situación que se nos escapa, la
lista de crucificados es inmensa…, demasiado grande. Para nosotros,
muchos de los crucificados son rostros cercanos, muy cercanos.
Estamos junto al crucificado, pero lo hacemos en pie, como aquellas
mujeres y el discípulo amado supieron permanecer en pie.
Supongo que aquellas mujeres y nosotros tenemos muchas preguntas,
muchos porqués ante algo que no tiene respuesta.
La
fe en un Dios de VIDA animó la VIDA de Jesús siempre, en cada
momento, AHORA TAMBIÉN…, aunque a veces la tentación de la derrota
pudiera sugerir lo contrario (Dios mío, Dios mío…). Dios acompaña
la VIDA del que sufre, Dios ACOMPAÑA nuestras VIDAS.
Los
qués, porqués y para qués… son legítimos y necesarios para
todos los que permanecen en pie ante las cruces de los crucificados,
aunque no encontremos, de momento, respuesta.
OS
QUIERO.
Paco.
Aquí os dejo, como cada día de esta Semana Santa, el material que Emiliano hace con todo su cariño para la celebración familiar.
Queridos
Bibianillos y Bibianillas. Queridos TODOS.
Hoy ya es Jueves Santo. Un Jueves Santo
atípico, pero no por ello un día en que JUNTOS y UNIDOS no podamos COMPARTIR y
CELEBRAR. Aunque sea en la “distancia”, no nos falta el calor y la compañía de
cada uno de vosotros, el calor y la compañía expresados en un poco de PAN y una
copa de VINO... Es decir, LA VIDA.
Se nos ha dado y se nos sigue dando en Jesús, EL SEÑOR, el AMOR para que lo hagamos VIDA. Un AMOR hecho a trozos y partido y
repartido para que nadie, absolutamente nadie, se quede sin alimento, para que
TODOS, absolutamente TODOS, podamos sentarnos a la mesa común.
Ahora, en esta mesa “virtual” pero REAL, donde
nuestros corazones están más unidos que nunca... OS INVITO a hacer de nuestras
VIDAS, MEMORIA VIVA de ENCUENTRO, en la fraternidad y en el AMOR que realmente
cura, sana y restablece nuestras heridas, nuestros dolores y sinsabores. Para
SERVIR a los HERMANOS, a los que sufren, lloran, se sienten abatidos,
desconcertados y desorientados... A TODOS y POR TODOS.
Os dejo una pequeña reflexión, así como, unas
“celebraciones en familia” por si a alguien le viniera bien. También, he
querido hacer una sencilla oración “HORA” SANTA.
OS QUIERO.
FELIZ JUEVES
SANTO.
Paco.
Aunque podéis seguir las celebraciones de los oficios por televisión, si alguno quiere, además, para poder celebrar en familia os dejo aquí estos dos materiales, uno que ha hecho Emiliano con todo su cariño, y otro que he encontrado en internet de un tal Rufo González.
Luego partieron hacia la ladera del monte de los Olivos, a un lugar llamado Getsemaní. Cuando llegaron, Jesús pidió a sus discípulos que se sentaran y lo esperaran, porque se retiraría a rezar. Sin embargo, pidió a Juan y a Pedro que lo acompañaran. Tenía el corazón embargado de tristeza y angustia.
- Quedaos conmigo y permaneced despiertos -les pidió.
Posteriormente se adelantó un poco y se inclinó asta tocar la frente con el suelo, y oró así:
Padre mío, por favor, evita que beba de esta copa amarga. Pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Jesús por segunda vez, pidió a su padre:
Si no es posible evitar tanto dolor, que se haga tu voluntad.
Regresó junto a sus discípulos, pero los encontró vencidos por el sueño. Así que marchó una tercera vez a repetir la misma oración. Al volver despertó a Juan y a Pedro con estas palabras: "Levantaos, tenemos que irnos, ya viene el que me traiciona".
Estamos un momento en silencio. Escuchamos:
Nos damos las manos, rezamos el Padre Nuestro y oramos por todos, de una forma especial por los enfermos, por los que sufren, por los que viven un Getsemaní continuo y permanente en sus vidas.
A lo largo de mi vida, en muchos momentos de ella, siempre ha habido momentos, situaciones y circunstancias que voy a denominar como días de ¡¡¡VAYA TELA!!!. También, como no, faltaría más, ha habido de los otros, los que denomino días de ¡¡¡OLÉ!!!. Creo que estos últimos, cuantitativamente, han sido mayoría. Supongo que, esto que os cuento, podría ser suscrito "casi" por cualquiera.
Lo que sí me sucede ahora, en este momento, en abril de 2020, día tras día como martillo pilón, me golpea con una "fuerza" desconocida el sentimiento, la sensación real del: ¡¡¡VAYA TELA!!!. Nunca, repito, nunca, al menos desde que tengo memoria, ha habido tal cúmulo, tal vorágine de situaciones y perplejidades que cada día acuden a visitarme (contradicciones, dolores, desesperanzas y muerte de seres queridos: amigos, compañeros, gentes que, de una u otra forma, han marcado mi biografía). Todo esto, unido al confinamiento, a la ausencia, al cansancio, mucho cansancio. Han convertido mi vida (no sé si os pasa igual) en un auténtico campo de guerra, donde cada uno de nosotros tenemos una y no sé si "cientos" de batallas que librar.
Yo no sé cual será la solución, para ganar esta "guerra"..., lo que sí sé, es que tengo/tenemos que bucear hondo, muy hondo en nosotros mismos si queremos encontrar "las armas" o las "herramientas", llámalo como quieras, para luchar en el día a día de este tiempo (¡¡¡VAYA TELA!!!), en el que nos toca vivir. Mi VIDA, Tú VIDA, Nuestras VIDAS, merecen encontrar sustento y sentido (¡¡¡OLÉ!!!) para seguir luchando, seguir batallando, para volver a levantarse cuando uno se cae... PORQUE NO ESTOY SOLO, NO ESTÁS SOLO.
PORQUE TÚ ME LEVANTAS...¡¡¡OLÉ...OLE...OLÉEEEEE!!!.
Seguimos echándonos mucho de menos, quizás hoy de forma especial, un poquito más, echamos de menos podar los olivos con Martín, preparar para que todo el que venga tenga su ramita de olivo, juntarnos en la entrada para bendecir los ramos, entrar cantando todos juntos... celebrar esta fiesta tan hermosa.
Hoy todo eso lo echamos de menos, porque nos echamos de menos. Pero sí, hoy es domingo de ramos y en la distancia pero como un sólo corazón queremos revivir, hacer vida de nuevo con Jesús y con todos los que le aclamamos como señor de nuestras vidas. Estamos dispuestos a vivir esta pasión de tanto dolor y de tanta muerte para llegar y experimentar la resurrección y la vida.